Liderazgo e Inteligencia Emocional

Liderazgo e Inteligencia Emocional en la organización

El liderazgo está orientado principalmente en dos sentidos, hacia los logros de la organización o hacia las personas. No queremos exponer aquí la complejidad de un tema tan en liza en estos momentos como es la inteligencia emocional (en 1990, dos psicólogos norteamericanos, el Dr. Peter Salovey y el Dr. John Mayer, acuñaron este término cuya fama futura era difícil de imaginar). Sin embargo si daremos unas muy breves pinceladas de lo que supone este término dado que la orientación hacia las personas requiere de conocimientos y aptitudes que se pueden adquirir, de esta manera vamos a definir muy brevemente qué se entiende por inteligencia emocional.
El concepto de la inteligencia emocional postula ampliar la noción de inteligencia (tradicionalmente ceñida a una serie de habilidades racionales y lógicas) incorporando una serie de habilidades emocionales. A nivel de las organizaciones, la inteligencia emocional puede ser descrita como las competencias que los líderes deben usar para controlarse a sí mismos y sus relaciones con los demás. A un nivel más amplio:
• Conciencia de las propias emociones. Identificar las propias emociones al evaluar situaciones pasadas implica una primaria
inteligencia emocional. Distinguir un sentimiento mientras está aconteciendo supone una inteligencia emocional desarrollada.
• Manejo de las emociones. Capacidad de controlar los impulsos para adecuarlos a un objetivo. Habilidad que se puede “entrenar”.
• Capacidad de automotivación. Las emociones nos ponen en movimiento. Desarrollar la capacidad de entusiasmarnos con lo que tenemos que hacer, para poder llevarlo a cabo de la mejor manera, aplacando otros impulsos que nos desviarían de la tarea mejora el rendimiento en cualquier actividad que se emprenda.
• Empatía. Es el nombre que recibe la aptitud para reconocer las emociones en los demás. Los sentimientos no suelen expresarse verbalmente sino a través del tono de voz, los gestos, miradas, etc. La clave para la empatía reside en la destreza para interpretar el lenguaje corporal.
• Manejo de las relaciones. Así como un paso posterior a reconocer nuestras emociones consiste en aprender a controlarlas; de modo análogo, una instancia ulterior a la empatía estriba en manipular las emociones de los demás.
En el modelo de Goleman y sus colaboradores, la inteligencia emocional entre los líderes se compone de capacidades en cuatro áreas:
• Auto-conocimiento sería los cimientos de la inteligencia emocional. Los líderes prominentes son especialistas en reconocer y entender sus propias emociones y tienen muy claro su propósito. Los líderes que se conocen a sí mismos tienen un profundo conocimiento de sus fortalezas y limitaciones, así como de sus valores y sus motivos.
• El manejo de las propias emociones se describe como la habilidad de controlar de manera efectiva las emociones de uno
mismo, lo que permite concentrar la energía que se requiere para ejercer de líder. Los líderes que son efectivos a la hora de auto-controlarse disponen de una facilidad para abrirse a los sentimientos de otros, sus creencias y acciones, lo que promueve la confianza. El autocontrol eficaz es clave para trabajar con éxito en entornos dinámicos y ambiguos.
• Empatía es la habilidad para reconocer los sentimientos de otras personas y tomar decisiones que reflejen este
conocimiento. Los líderes empáticos son efectivos a la hora de reconocer las necesidades de los clientes, usuarios y
empleados. Invitan a participar, escuchan atentamente a las personas, y responden de manera que se crea una conexión/relación.
• El manejo de las relaciones es la habilidad de los líderes para manejar las emociones de otros para dirigirlos hacia fines específicos. Los líderes con habilidades sociales tienen relación con un círculo muy amplio de personas y tienen facilidad para desarrollar apoyos.
Muchos estudios han analizado las características o atributos que debía poseer un líder, de esta manera se ha llegado a la conclusión de que los cinco atributos más deseados en un líder son:
• Visión.
• Pensamiento estratégico.
• Constructor de relaciones personales.
• Ejecución.
• Desarrollo de motivación del personal.




Podemos ver a simple vista que tres de estas cinco características de un buen líder tienen que ver con la inteligencia emocional, la visión, la construcción de relaciones personales y la motivación.
Esto tiene una serie de implicaciones, como por ejemplo que los líderes pueden incrementar su éxito siguiendo alguna de las siguientes pautas:
• Alcanzando/aprendiendo competencias que son altamente valoradas: construcción de relaciones personales, motivación del personal, pensamiento estratégico, ofreciendo su visión, ejecutando el trabajo, tomando la iniciativa, e incentivando el trabajo en equipo.
• Desarrollando fortalezas en los pilares básicos de la inteligencia emocional, tales como auto-conocimiento, adaptabilidad,
empatía. De esta manera se alcanzan con mayor facilidad las  competencias mencionadas anteriormente.
• Reconociendo que sus “jefes”, compañeros y equipos de trabajo definen liderazgo efectivo de distintas maneras. Algunas de estas expectativas pueden llegar a representar áreas de desarrollo potencial para algunos tipos de individuos en particular.
• Estando alerta para reconocer los “puntos negros” potenciales en cuanto a la identificación y desarrollo de los nuevos líderes se refiere. En general, los administradores ven sus propias fortalezas como el perfil deseado, llegando a pasar por alto otro tipo de líderes complementarios.

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El autor

Admin Gestion-Calidad.com

Consultor-Auditor en Sistemas Integrados de Gestión y Conformidad de Producción

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